- La amplia aceptación social del hábito tabáquico,
- la influencia de los medios de comunicación,
- el consumo por parte de adultos que ejercen un papel modélico en ellos y
- la presión del grupo de amigos y amigas
Para resistir la presión de los amigos y compañeros, es necesario desarrollar la autoestima o seguridad en si mismo y la asertividad o capacidad para decir lo que se siente y se piensa sin herir a los demás, además de hacerles conscientes de la importancia de tomar decisiones individuales.
El entrenamiento en estas habilidades constituye una herramienta fundamental para retrasar el inicio del consumo de tabaco en adolescentes y jóvenes, a la vez que forma parte de la educación del alumnado y de su desarrollo personal.